Desde hace unos años se estudia en profundidad el suelo pélvico, sus funciones, sus características, sus factores de riesgo y su tratamiento, entre otras cosas.
Recientemente, varios estudios han demostrado que la actividad del suelo pélvico cambia en función de la postura de la mujer. Así, la actividad del suelo pélvico aumenta cuando nuestra columna y nuestra pelvis se encuentran correctamente alineadas, es decir con sus curvaturas fisiológicas. Esto quiere decir que cuando adoptamos posturas incorrectas, muchas veces por fatiga, dolor, falta de ejercicio o problemas de espalda, perdemos actividad del suelo pélvico y esto puede provocar que si tosemos en esa posición incorrecta se aumenten los riesgos de pérdidas de orina o de prolapsos.
En este sentido, un estudio reciente ha observado que las mujeres con prolapsos suelen tener una postura con menos curvatura lumbar de lo normal.
Como consecuencia, la higiene postural es una medida de prevención importante de los problemas de suelo pélvico y es importante realizar un trabajo postural en aquellas mujeres que sufren de pérdidas de orina o de cualquier otra disfunción de suelo pélvico.